viernes, 8 de octubre de 2010

Silbidos en la Bruma


FRAGMENTOS DE UN ENSAYO

Los ñuu savi y su literatura
Silbidos en la bruma
Carlos Tachisavi

Larga
marcha será la que su pie transite
para llegar a la promisa tierra:
el porvenir confiscará los pasos
de la incansable procesión, y un día
renunciaremos al dolor de bestias
para empezar a padecer como hombres.
Enrique González Rojo


*El nombre mixteco fue impuesto por los aztecas cuando envueltos por la neblina definieron lo que la primera sensación les impuso; cuando el sol logró filtrarse pudieron ver más allá, alzaron la mirada y entonces las nubes saludaron en diversas tonalidades.

*Después los antropólogos y lingüistas llamarían igual a la lengua. Nosotros decimos: ñuu savi "nación de la lluvia" y hablamos tu'un savi "lengua de la lluvia".

*Nuestra lengua: tu'un savi, la que se hablaba hasta la invasión, es la misma de hoy; pero la escritura ha sufrido una modificación sustancial, de la pictográfica a la grafía castellana.

Ante esto: ¿qué tipo de escritura y literatura realizar?

*¡Toda! De la historia al presente, de las tradiciones orales a la destrucción-creación, del fracaso de la originalidad al silencio y el vacío; escuchar el ritmo milenario de la naturaleza, hablar desde dentro de los múltiples basamentos piramidales todavía ocultos por la maleza.

*¿Intentar una fotocopia desde Nezahualcóyotl? ¿Cantar al sol, lluvia, luna y la naturaleza? ¿Llorar la pérdida? ¿Desde los basamentos brindar la posmodernidad? ¿Emerger del códice para abrazar comercialmente las bondades de la chatarra? Se trata de resignificar la lengua, actualizarla, inventar, retomar.

*Escribir desde la duda, desde la carencia, la necesidad interna, la desgracia. Que los colmillos de los jaguares se adhieran a nuestra alma, a nuestro cordón umbilical. Las huellas de los venados deben perforar nuestro silencio. ¿Cuántas lenguas de Chiapas nos lo dirán? Estamos rodeados de sonidos y trinos indígenas, nunca habrá pérdida. Encerrarnos en el localismo y regionalismo sería la muerte.

* No repitamos el folklorismo. La danza y la música deben inventar otros juegos, el tequio no es solamente para el trabajo, es para agarrarnos las manos y jugar en diferentes etapas, pero siempre. Continuemos con la búsqueda de nuestra escultura extraviada, dañada; siempre habrá un espacio donde respiraremos la vuelta de ese aire bien pulido; que florezcan las pinturas con su lengua mineral. Nuestros códices ahí están, nuestros glifos son para recargarnos. Nuestros cántaros de pulque están hechos con las multiplicaciones de jícaras.

*Tiempo de recoger nuestro caminar y ambulantaje, resignificar los cuatro puntos cardinales de la nación ñuu savi. Redefinir los nombres de los dioses que han perdido su ser. Lengua viva y libre al mismo tiempo, ñuusavismos y neologismos, hablar en voz alta. Uniformar la escritura de nuestros variantes para volverla universal.

*Transverberar la vírgula palabra a las letras de la hoja en blanco entre la sabiduría de los antiguos y el mestizaje; no se trata de una propuesta a futuro, sino de tomar en nuestras manos los arcos y las flechas de la honestidad y respeto para entender nuestra riqueza. Caminemos con miedo y silencio, pero que el silencio no sea de miedo. Que la gota de agua sea necia. Así, logre crear afluentes que repercutan en la médula de nuestros esqueletos. Abramos nuestros ojos en el tzompantli. Los escribas ñuu savi se preocuparon por la historia y la posteridad, nos corresponde a nosotros el presente y futuro.

*Quinientos años se nos han hecho costumbre. Nuestra sangre no repite eso; fluye con la de otros hermanos con la esperanza de un arroyo donde se estrellen mil sangres que generen movimiento y calor. De por sí sabemos tallar la piedra, así fueron nuestros antepasados. Heredamos esa fuerza para verter en el hueco la fría conciencia que resuma estalagmitas. Así, provocar el brillo diurno en los ojos humanos, no en la noche como los gatos. Por que podamos convivir sin un centavo en la bolsa como en nuestras comunidades.

*Gracias por el silencio, los ñuu savi diremos alegremente, como José Carlos Mariátegui: "Si la incomprensión o la envidia o la malevolencia criolla nos muerde, pediremos a gritos nuevos mordiscos".

Carlos Tachisavi

* Escritor ñuu savi. fragmentos de un ensayo de próxima publicación.

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