Lento, lento, beso tu cuello. Arribo a ti; al eco de tu voz. Al nido en que tu voz: -tan tú-, se cuela en los párpados de la luna.
Xabo Martinez
Se trata de ejercer la memoria para conservar la identidad y la realidad, si lo real es lo que permanece identico a si mismo a traves del tiempo
Lento, lento, beso tu cuello. Arribo a ti; al eco de tu voz. Al nido en que tu voz: -tan tú-, se cuela en los párpados de la luna.
Xabo Martinez
La pareidolia nocturna encuentra sus tijeras, recorta destellos, esferas; golondrinas. Entre cifras de ceños fruncidos, de tiempo inacabado hay cifras de plumas y aire. La cuna rampante del lenguaje se desprende de la realidad. La cuna agnóstica del deseo, entre el yo horizontal que sostiene la noche y los pájaros: el peso de la realidad vencida, en la infinita melodía del sueño.
Xabo Martinez
Por la mañana en tu andar,
brota el ansia de infinito.
Ante esa rapsodia de hojas secas,
la ilustre red de sombras
por donde se esconde la lluvia.
El límite del vuelo a la mañana,
es dar cara a la vida como un mar
atenazado de arrugas.
Le damos manos a ese sol repleto de viñedos,
tu memoria es ese insomne juego de dados:
donde cada seis caes tú, la infinita.
El olvidado ausente tiende a estar vivo,
el azar que te trae entera y prodigiosa;
y la música ronronea su vinilo.
Su orquesta fantasma para que bailemos,
hasta estar muertos de frío
o vivos de olvido.
Xabo Martinez
En la espera y el humo, tus piernas dibujan círculos que van hacia ninguna parte. Al centro de tu sangre, vínculos que abren vías para recorrerte. Para ir bordando lenguas y labios. Esperas que durmieron todo el invierno para despertarte, esperas que recogieron todo el tiempo de los relojes: los segunderos, los objetos perdidos. Y todo lo hallo en ti: la alegría, el vino que has escanciado en las noches. Los besos, la boca, las raíces.
Xabo Martinez
Ayutla
La lluvia y sus dedos fríos. El café ayuntando la niebla. Labios que no se tocan, ojos soñándose en otros ojos. Manos imaginando otras manos. Giros de caricias en el aire, dibujan palomas con la yema de los dedos. Afuera la noche llueve en otra noche mas dulce. Un teléfono que no suena más. Cartas sin abrir. La mesa acumulando polvo y huesos. El corazón como un motor extraño aturdido con sus sístoles a deshoras. Te oigo en el aguacero como una tormenta olvidando su nombre y baila en su locura.
Xabo Martinez
Maduramos a la tierra de la ausencia. En el sol anaranjado que oculta tus ojos de miel. El aletargado vuelo de tus pestañas, cuando la rosa es la rosa, y no un piano. No esa música sonando al compás de tu risa. Sin embargo el sólo saberte música, nube o llovizna, me hace quererte amar. Reinventar de nuevo el sueño de ser espejo, eco, beso. Labios meciendo la luna en otros labios, manos que inventan manos, caricia, albor de barro en otro cuerpo. Vuelo que cabe en un país llamado tú.
Xabo Martinez
Quiero un beso tuyo, que sea hijo de tus suspiros. Del mar ignoto que hay en la calma ferviente de tus ojos. Quiero un beso tuyo que amanezca en el trinar cardumen de jilgueros, y la sombra de árboles azules. Quiero un beso tuyo con la destreza del leopardo y se encienda en el despertar del tigre que lame la neblina. Quiero un beso tuyo que fragüe tormentas y luciérnagas y atempere está sed de siglos de tus besos. Quiero ese beso tuyo que acompase esa melancolía verde, inacabable, inabordable como esas lunas que suelta la lluvia.
Xabo Martinez
Lento, lento, beso tu cuello. Arribo a ti; al eco de tu voz. Al nido en que tu voz: -tan tú-, se cuela en los párpados de la luna. Xabo M...