martes, 1 de octubre de 2013

41



Cumplir años: ritos y rutas. Madre acostumbraba sacrificar un gallo al rayar el alba. Padre me hacia la tarde con golosinas. Durante mucho tiempo pretendí que el tiempo no pasaba y que anduviera por ahí saboteándome la felicidad de tener pocos años y muchas horas para leer, pensar, dibujar. Llego la vida cargada de oficios, llamadas, papeles a medio llenar, auroras sin sentir y la vida de repente se confundió con el horizonte atrás del cual lo mejor era el café y un tiempo para compartir. Esa fortuna se convirtió en letras, paisajes de borrasca y acentos que buscaron nubes para posarse. Preferentemente tú: ojos y luna llena. Preferentemente tú: cuerpo y un alma en el cual la identidad navega hasta anegarse. Preferentemente tú: que haces alborada y campos de miel, donde hallo cuarenta y un maneras de ser feliz.



07.03.2024