Trópicos
Me asomo:
He ahí
los trópicos.
Mi vida entera
suspiré una y otra vez por ellos.
Y el tren
avanza de prisa
entre palmares
entre platanales.
Sus abanicantes siluetas
adoptan figuras que marean:
Otra me parecen sacerdotes,
ora pintores.
¡Ay, ni uno mismo
da crédito a sus ojos!:
Entre el alboroto y el hervor
se yerguen los cactos
cual tiros de samovar.
Y en esas chimeneas las avecillas
lucen más lindas que de ordinario.
En tal sentido
—gorrioncillos
parecen—
cantan claramente. No acabo
de compenetrarme del bosque, el delirio,
el calor
el día,
cuando día
y bosque desaparecen
sin crepúsculo
ni
transición.
¿Dónde está el horizonte?
Toda línea
se ha desvanecido.
Aclárame
¿cuál es la estrella
y dónde
están los ojos del jaguar?
Ni el más hábil
recaudador contaría
las estrellas
del trópico nocturno,
a tal punto
en las noches de agosto
colmadas de luceros
son infinitas.
Me asomo:
No se distingue nada.
Mi vida entera
suspiré por los trópicos.
El tren sigue su marcha
entre el paisaje,
entre el aroma
de los plátanos.
Vladimir Maiakovski
Se trata de ejercer la memoria para conservar la identidad y la realidad, si lo real es lo que permanece identico a si mismo a traves del tiempo
jueves, 30 de septiembre de 2010
Maiakovski en México
En 1926, el poeta de la joven revolución soviética, Mexico. Maiakovski escribió este poema durante el viaje en ferrocarril de Veracruz a la ciudad de México. Versión aparecida en 1984 en la revista La Palabra y el Hombre, y recogida en Poetas del mundo, Cuadernos de La Palabra, Universidad Veracruzana, 2007.
Traducción del ruso: Carlo Antonio Castro y Raymundo Aguas Franco
martes, 28 de septiembre de 2010
Mensajero
Mensajero
los capitanes del mercado común
enviaron un mensajero a los dioses de México
que a la media hora fue herido
y entrevió un soplo de muerte
la muerte se parece a los indios
según dijo después
para bajar el dólar
y nadie le creyó
el mensajero entrevistó a Cortés
quien se punzó el olvido y ratificó esa visión
la prensa amarilla no publicó el reportaje
y la prensa de izquierda siempre está en otras cosas
a todo esto la muerte
pasea por el mundo a caballo y con flechas
como sabe Popotla
de aquella noche triste
Juan Gelman
los capitanes del mercado común
enviaron un mensajero a los dioses de México
que a la media hora fue herido
y entrevió un soplo de muerte
la muerte se parece a los indios
según dijo después
para bajar el dólar
y nadie le creyó
el mensajero entrevistó a Cortés
quien se punzó el olvido y ratificó esa visión
la prensa amarilla no publicó el reportaje
y la prensa de izquierda siempre está en otras cosas
a todo esto la muerte
pasea por el mundo a caballo y con flechas
como sabe Popotla
de aquella noche triste
Juan Gelman
Poema del heterónimo gelmaniano John Wendell, en Traducciones I, del volumen Cólera buey (La rosa blindada, Buenos Aires, 1971). Dos décadas después Gelman estableció su residencia en México
viernes, 17 de septiembre de 2010
76.- Dxi biába (Cuando caí). [Víctor de la Cruz]
Anteriormente había dado a conocer este poema, solo que aquella vez fue solamente letra. En esta ocasión incluye el audio por el propio autor, Victor de la Cruz (Poeta Zapoteco),. Que lo disfruten.
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