jueves, 4 de septiembre de 2008

JUAN LOCO O JUAN TONTO HÉCTOR MARTÍNEZ

JUAN LOCO O JUAN TONTO
HÉCTOR MARTÍNEZ
Narrador
Había un muchacho al que llamaban Juan tonto. Como su nombre
lo dice, era bien tonto y loco; tonto más que loco. Él vivía
con su hermano y abuelita. Un día los dos hermanos estaban
decidiendo quién iba a cuidar a la abuelita, porque ésta estaba
muy enferma, en cama. El hermano mayor dijo:
— ¿Sabes qué? Tú te quedas a cuidar a la abuelita. Yo mientras
trabajo en el campo.
Los hermanos se repartieron las tareas. Al mayor le gustaba
trabajar, pero al otro no porque era un loco o un tontito de prime
ra. Cierto día, el hermano mayor vio muy enferma a su abuelita
y le dijo a su hermano Juan loco:
—Oye Juan, ¿por qué no vas a trabajar tú? Ve a limpiar la
milpa. Yo me quedo con la abuelita a atenderla porque está muy
mal.
—Órale pues.
Juan se fue. Llegando a la milpa, este cabrón sacó su machete
y comenzó a cortar todas las matas de la milpa, hasta que las
tumbó por completo. Juan regresó tranquilo a su casa.
—Oye hermano. Ya fui a la milpa. Ora sí dejé un trabajo bien
limpiecito. Hasta te va a dar gusto. Mañana ve a verlo y verás
que te va a gustar.
Pasó la noche, y al día siguiente le dijo el hermano a Juan
loco:
—Oye, ahorita vengo. Voy al campo a ver si hiciste el trabajo
como lo quiero. Tú te quedas a cuidar a la abuelita. La vas a
bañar, le calientas el agua, y cuando yo regrese comemos juntos.
El hermano de Juan se fue a supervisar el trabajo. El tontito se
quedó en la casa y encendió una fogata; le echó mucha leña y
empezó a arder la lumbre. Agarró una olla de barro; le echó
agua y la paso al fuego. Cuando Juan vio que el agua estaba
hirviendo la quitó del fuego. Luego fue con su abuelita y le aventó
encima el agua hirviendo, sobre la cara. Entonces vio que su
abuelita cambió de color y se le empezaron a rajar las partes
del cuerpo, sobre todo en la cara y se le comenzó a abrir el ojo;
los labios se le hincharon hasta que se le veían los dientes. La
abuelita quedó con la boca abierta. Y Juan dijo entonces:
—¡Ay, miren a mi abuelita! ¡Cómo está sonriendo! ¡Miren
cómo sonríe! ¡Le gustó el agua! ¡Le estoy dando un buen baño!
Pero Juan loco ya había matado a su abuelita. En eso llegó su
hermano.
—Oye hermano, me hiciste un mal trabajo.
— Ven hermano, mira. Ya bañé a mi abuelita. Hasta empezó
a sonreír.
Pero Juan loco o tonto había matado a su abuelita.

Tomado del libro: FIESTAS DE LOS PUEBLOS INDIGENAS DE GUSTAVO TORRES

2 comentarios:

Rosendo Antonio Manuel dijo...

Buenas noches, he leído tu cuento, pero creo que está incompleto, aunque dices que lo has tomado de un libro, a mí me lo contó mi abuelo y después de cuando muere la abuelita,huyen de los ladrones que llegan al pueblo.

Unknown dijo...

Hola, estos cuentos me los solía contar mi papa, ya hace algún tiempo.

Quisiera saber la fuente de ellos de ser posible: la editorial, fecha de publicación, etc.

De antemano gracias.

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