lunes, 20 de julio de 2020


En el oro de la tarde busco tu cuello
el nacimiento de tu nuca para oler tu piel
desnuda, cierras los ojos y busco tu boca
beso tu nombre, refresco en tu memoria lo que fuimos
antes de nacer. Lo que no claudica ni cierra ciclos
te abrazo y tu piel late, tu cuerpo late y cuenta el rumor
de las hojas secas y el festinar del otoño
un abrazo que contiene lo que fuimos o seremos
en la boca nos buscamos y en el fuego nos mecemos
no es casualidad que duermas dragones en tu hombro
ni que la espada busque tu espalda, nos atamos y desatamos
nos hacemos polvo y brisa, sensación y recuerdo
este mar que crece embravecido y gira tu espalda
y somos uno que es dos u es espuma, violencia
contenida en un flor que en su tersura fija estrellas y peces
en el comienzo del mundo, en un suelo que florece y suelta sus semillas.


Xm

1 comentario:

Rembrandt dijo...

Cada una de estas líneas es un canto a la sensualidad mas profunda, la que nace en el alma y se derrama en el corazón de quien disfruta tus letras.

Siempre será un gran placer leerte y sabes que hago primero, busco un café y me preparo para el goce de tus versos que jamás me dejan indiferente. Un pequeño ritual viste?

Un gran abrazo querido amigo.

REM

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