viernes, 27 de agosto de 2021

A la deriva de tu piel se arropan los sueños,

En tu cuello, -amadísima- se instalan pájaros tenues

Tu cuello resguarda la redondez de uva de tus pechos.

Tus pezones se alzan como vigías nocturnos

Mi lengua en el borde teje nido a tu piel de durazno.

Tus clavículas con fulgor de pecosas peras me saben al otoño,

navego en los meandros de tus caderas con olor a guanábana,

mordisqueo esa fruta guarecida en la humedad del tiempo;

(a salvo del invierno y de los mapas con brújula hacia el sur).

Amadísima: en tu puerto se mira el futuro y coloco bandera

en el andén de la victoria, en la frambuesa de tu piel

que viene de otro continente. (Entre el tibio aroma

de las manzanas y el aliento de higo de la noche).

En la profundidad de tus pechos, amanecen tibias estrellas,

Lejanas y desveladas;  alumbran la blanca orilla

en tu cuerpo de espuma.  Mi playa y tu memoria.

Vuelve a esa espuma blanca que estalla contra las rocas

El sueño ebrio de la arena cuyo puerto no volverá a besar el mar.

 

Xm.

 

viernes, 20 de agosto de 2021

 

Poliédrica, asomas tu belleza en los escapularios de la tarde,

de mi pecho surge caterva de ciervos para ofrendar un mar sin destino.

De tus labios recojo los besos cual vino de una vid

que sazona los tiestos en la oscuridad repleta de almendras o raíces,

desnudo tu piel en rosedal de humo y ausencia.

Bebo tu sed y me asomo a ese corazón,

que se multiplica en aves y en luciérnagas que iluminan,

cada resquicio de ese cuerpo que duerme el sueño de nadie.

Y despierta con la lengua que baja por tu espalda,

se asoma la raíz de Perséfone que presiente la llegada

del hombre que esperas desde noches indecibles.

En tus caderas soy el minotauro que se asoma a las estrellas,

sabedor de que a este laberinto pertenezco

y ya no sueño con ese éter que me es ajeno.

Este laberinto que me entrega sus secretos

envueltos en labios, y esa mirada que se escapa

y regresa para devolverme ese espejismo.

Mi yo envuelto en niebla o en tu amor:

esa tormenta que como un tigre, nos devora.

      

Xm

23.04.2024

          En la espera y el humo, tus piernas dibujan círculos que van hacia ninguna parte. Al centro de tu sangre, vínculos que abren vías ...