Se trata de ejercer la memoria para conservar la identidad y la realidad, si lo real es lo que permanece identico a si mismo a traves del tiempo
Se amaban sus pensamientos y los apuntaban con prefijos de sal e idolatría. Se perdían y el silencio era el sueño de un estanque quieto. A ratos una calma, de esa que te da viendo el mar y con los dedos llenos de arena. Amaba ver en sus ojos la calma pero también la tormenta, ese rojo ocre que se agitaba para después ir desprendiendo el otoño, ese otoño que movía las hojas secas y que los llenaba de septiembre y lluvia, de ese verde que se iba depositando lentamente en ellos hasta saturarlos y ser ellos mismos la lluvia, el otoño y, ¿Por que no decirlo?. También pájaros.
Xabo Martinez
En tus caderas soy el minotauro que se asoma a las estrellas, sabedor de que a este laberinto pertenezco y ya no sueño con ese éter que me es ajeno. Este laberinto que me entrega sus secretos envueltos en labios, y esa mirada que se escapa y regresa para devolverme ese espejismo. Mi yo envuelto en niebla o en tu amor: esa tormenta que como un tigre, nos devora.
Xabo Martinez
Ven. Aquí tienes mis manos, descubre tu cuerpo con las pieles de mi piel. Ven, que vengo de este exilio largo de arena, montaña y niebla. Veamos cuantos cielos pueden caber en este cielo de nosotros. Sí. Vienes de antes aunque no lo recuerdes. Por eso, este más allá de ahora no lo comprendo. Lo que entiendo perfectamente es la hondura de tus cabellos, el mar que impregna tus pestañas, el delfín azul nadando en tus abismos.
Xabo Martinez
Una palabra encerrada en la gramática
y un rostro encerrado en sus pliegues.
Una cima para la soledad
y otra Soledad para tu nombre.
Pinos y tu memoria guardada entre la niebla,
entre tus manos que tejieron y destejieron la vida,
bordada en el patio anaranjado y verde.
Una olla de café para tus huesos,
un rebozo en tu cabeza
y un niño que escucha,
a un joven que escucha;
a un hombre mirando a la abuela
y sale a buscarla.
Xabo Martinez
¿Cómo te vas, si no te vas?
si apareces por aquí con estrellas nuevas.
Señalas esa parte del horizonte donde mis ojos no han mirado,
es así, sin tú saberlo, expandes mi mundo.
Ese tan limitado:
mi yo rutinario con esa manera de servir el café,
con el borde exacto en la servilleta.
Esa manera que tengo de acomodar,
las piezas de mi mundo
y llegas.
Quizá no te necesitaba,
pero sí te necesitaba.
Ahora me haces reír,
me dejas con el corazón en su lugar.
Cómo no agradecerte,
cómo no quererte.
Cómo no decirte te quiero,
con palomas en los labios,
con besos por doquier,
con abrazos tan intensos.
Sabiendo que entre nosotros puede pasar todo:
ciclones, tormentas, lluvia sola y tú.
Eres y no eres,
no estas, pero estas.
Xabo Martinez
¿Qué hará el poema sin ti? ¿A donde se soltaran los grillos? la premura, los estambres para que el gato se mueva plácido de su sombra....