jueves, 12 de noviembre de 2020

 


En este 2020 los meses son irreconocibles

uno de otro, uno al lado del otro, uno atrás del otro.

Apenas los índices del nacimiento o de la muerte los singularizan

en cada día pido tu amor, la mirada que haga el hallazgo

del relámpago, la luz de tu cuerpo en mis manos

los subterfugios de un omoplato que deviene ala, deseo

y hablo de ti en ti a tu oído, dejo aves, pájaros; delirio.

Me empalmo y mezo  contigo los abriles a la sombra

Mi mano recorre la albura de tu vientre, la sinfonía invisible

De una lengua que se come sus palabras, 

y sueña un lápiz de arena

Escribe tu nombre a la deriva de la sal y del goce

Arabesco de espuma, estrella de mar cuya ofrenda

Es este silencio extranjero. Sibila de espuma

Que musita el nosotros en una soledad de silabas

Pero de no de deseo ni de amor ni de tu nombre.

Soy y no soy este tiempo inmisericorde, este mar

que a gazapos alcanza a darte la mano

en medio de la tormenta.

 

Xm

 



 

 

 

 

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