lunes, 11 de febrero de 2019

Tríptico de Febrero

Tríptico de Febrero

 I
De esto se hace el tiempo: de nadar entre el misterio y el olvido. De este caminar entre sombras hacia la estrella de un amor cuya gloria mayor fue declararnos vencidos. Buscar tu voz, esa tu voz que no temía decir. Entonces nos contábamos todo. Nos metíamos a esa esfera azul donde se valía ser adánicos y eternos. Tiempo reinventado. Guerrero que al desenfudar la espada vierte flores muertas: el sátrapa de la lluvia. Tú: la mariposa colgada en el tejado, que vuela alrededor de la soga del ahorcado, que abre sus cuencas al pico del cuervo. Que envuelve en tarros de miel, las hojas secas, el escarabajo que busca la salida al túnel. Observar desde la ventana el mundo que no es mundo, que es otra cosa, que es otra orilla: el sueño blanco de las raíces.

II
Nunca fuiste igual dos veces. Ni riendo ni soñando, cada visión de ti me recordó otra idea de ti. ¿A cuál de ti gane? y cuando digo gane, digo que gane sombras, la espesura amarilla del humo a los costados, la fiebre azul del náufrago que añora la sed verdadera y no el espejismo de sueño que eres. Heme aquí no obstante ganador de una historia vacía, que cuelga entre tiestos de árboles y se aprisiona entre estrellas, entre muros inertes de hojas secas; el paladín de la memoria.

III
Mujer: en tus manos el tiempo es blanco e ingobernable, mientras invocamos el sur y el delfín que cruza el mar. Nosotros nos quedamos en el otoño amarillo vislumbrando el unicornio que vence estrellas, miramos el horizonte y su rosario de horas grises. Fieles al viento que teje alas para los cuervos, nos sentamos al patio, frente a la albura de los volcanes. En un sueño indomable donde el lenguaje vence al tiempo y lo redime.

Xm

miércoles, 6 de febrero de 2019

Romper las silabas por dentro
la silaba la irrupción
de la metáfora en la pared
entablillarla como un cuadro triste
tu furia suelta
cometa entre las ventanas
y el geranio suelta su belleza sobre las macetas
con cada primavera o la atmósfera
intranquila de este templo de nadie
la ausencia de dios la ceniza de las estrellas
y sin embargo sondear el misterio
festinar sus sombras de este agotamiento núbil
acoplado yeso beber poesía a todas horas
como el vicio absurdo que es el vivir
el morir el existir.

Xm

18.04.2024

            Maduramos a la tierra de la ausencia. En el sol anaranjado que oculta tus ojos de miel. El aletargado vuelo de tus pestañas, cua...