Nuestros huesos que inventan su propio precipicio. Tejidos en el cuerpo y en la carne, hundidos en un abrazo que dio de sí y que tapizo de hojas secas el otoño. Humus que crea sombras y savia aún cuando las voces han sido murmullo entre los geranios y hormigas. Vertidos en lo mejor de sí mismos. Moldes de una perfección anhelada y que teje telarañas en la lluvia. Tan descalzos y desnudos como el ciervo que calma su sed y temblor ante una huida invisible. El aire que serpentea en la bóveda de un cráneo que puebla de invisibles pájaros la música de invierno y los helechos.
gm
Se trata de ejercer la memoria para conservar la identidad y la realidad, si lo real es lo que permanece identico a si mismo a traves del tiempo
martes, 29 de abril de 2014
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1 comentario:
Uno de tus textos más profundos GAB, me lleva a reflexionar sobre la finitud de la vida.
"...aún cuando las voces han sido murmullo entre los geranios y hormigas...."
Hermosos versos.
Besos y enorme placer leerte querido amigo.
REM
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