I
El horizonte cubre su piel de yerba
Lento el cielo, la montaña sube
La cordillera a lo lejos se hace nube
Y en la neblina los nudos son caterva
La luna atrás, los pasos noctámbulos
Ayutla es un punto en la montaña
El búho y los árboles sonámbulos
Se tejen entre la caña y la niebla
El punto se acerca, una luz fija
Lo real es una luz tras de la puerta
Una platica, desgastada clavija
El olor del café mis sentidos lija
El fuego se aviva, en la oscuridad
Del patio el perro se despierta.
II
Península de niebla
Cabe todo en mínima gota
Que se estira y no se agota
Cielo de almas en el rocío
Cada gota es un universo
Expandido en un ojo de agua
El perfil de la montaña añoso
Camina en los ojos de la lluvia
Argos de agua, Ayutla y sus flancos
En alas de neblina suben y en sus brazos
Germinan líquenes de mil años
Lo que se observa es la pulcritud
Del silencio, la flor que germina
En tanta eternidad suelta.
III
Costumbres y leyendas de canto
El molino tuerce tradiciones y lenguas
Piedras y tejocotes, capulines en ristre
Tremedal hace de la antaño huerta
Deja una montaña con los consabidos ecos
Gozne y bisagra, firme sobrevuela siglos
Tormentas, lanzas con adarga estrecha
Historias oscuras sobre vestiglos
La cruz se incrusta en tu pecho cueva
Ecos, flores piadosas, la música
Ahora es el corazón de campesina flecha
Ayutla es tu neblina en campo abierto
Adelanto de cielo blanco en despoblado
Camino blanco, hojas, piedras al costado.
IV
Ayer era cuando yendo a casa de la abuela
Perdí el rumbo, la neblina me gano el paso
Errabundo caminar en medio de la niebla
Esta me llevo en sus alas y regrese al ocaso
Un libro y un café, una mesa a resguardo
El otoño afuera, es una tarde en septiembre
Ayutla es una mesa, el horizonte un leopardo
Y mi mente una gubia, ¿Por qué septiembre?
Hoy el rumbo acierto, la niebla no tanto
Acordeón es la vida y lo que acontece
La música, las notas el sentido, el encanto
De lo que pasa, sin error, sin chanzas
La vida apenas susurra, apenas canta
Las notas en olor a neblina alcanzas.
V
La neblina sube emboscando el aire
Ayutla, llego por tu blanco camino
Morosas piedras son el pergamino
Que tu historia traza con desgaire
Respiro hondo pues mi historia
En casa, en hogar el corazón
Se expande, Se engarza en tu árbol
Llande, los cuentos de maíz: la noria
Pueblo mío, llego por fin al solar
En el que crecí los años niños
Regaños y alegrías sabor de hogar
Halla huella mi pie sobre esta tierra
Un eje que existe cuando estoy aquí
Y acallan mis sentidos en guerra.
Xm
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