jueves, 7 de mayo de 2020

La tarde



La tarde y tu nombre.
Los filamentos coinciden
y un calamar nocturno se eleva
a un barco donde tu eres el agua
que mece la madera y el acero.
¿Nombrar lo real?.
Un naufrago atraviesa tu carne,
una botella es lanzada al océano tibio.
En esa oquedad me muevo
y adivino los espejos de tu memoria
y en la espuma flotamos.
Crecemos y decrecemos,
anémonas de un antiguo edipo.
El sol nos mezcla, nos cauteriza y nos invade,
nos llena de sal y arena.
Me alimento de tu sombra y tu me bebes.
Nos bebemos y la sed espesa
como la melancolía se tiende entre dos cuerdas.
El pasado que te persigue y el futuro
que no acaba de alumbrar las ventanas.
Esta entrega sola, frenética escritura
del nosotros y la poesía rizoma
cuya voz en mi cabeza es un grafo en la arena.
Como esa ola hipnótica que se sujeta al deseo
cuando la palabra te nombra y sucede al viento
que se desmadeja en olas
y echa lunas, raíces.

Xm

1 comentario:

María dijo...

Bonito poema recitado en tu voz, te feicito.

Besos.

06.05.2024

  Mi corazón como un alebrije que alza sus alas internándose en esa melancolía sin pestañas. Un cuerpo tatuado en azul y humo, que fustiga a...