sábado, 31 de mayo de 2025

31.05.2025

 

 

I

Pájaros de otro cielo 
los dioses en levante.                                                                Alborada que sabe 
a tiempo de nuevo: 
el tiempo del silencio.

 

II

Sobre el tiempo
los dados del recuerdo.
Una dimensión hundida
volandas por un angosto hueco 
que me lleva  a otro tiempo.


III

A lo lejos la tierra 
inmersa en su vuelo angélico.                                                                El sol queriendo alcanzar su fuego.
Las lenguas de mercurio,
girando en su eje sin tocarse.
Y el vuelo del caos 
dejando un pequeño hueco                                                                  el instante, donde el cielo                                                           permite el aliento del pájaro.

 

Xm 

 


 

 

 

 

 


 

 

viernes, 30 de mayo de 2025

30.05.2025

 

Viene el frío nuevamente

la felicidad galopa 

entre manos extrañas.                                                      

 

Adentro del aire,

hay pasajes guiándome,
extrañas maneras de abrazar

tu recuerdo.

 

Te miro entonces 

con tu tejido de caricias

con tu cuerpo demorando

la desnudez de la noche.

 

La prisa nos hacia cómplices

mientras el espejo cantaba

la unión de nuestros cuerpos.

 

Aún eras algo tangible,

no eras la furia en la tormenta.

Ni el desierto tendiendo,

su piel en la sombra

para que la cubran las hormigas.

 

Ellas, las lentas hermanas de arena,

silenciosamente me mudan a otra parte

donde no hace falta un recuerdo

entre tu cuerpo y el mio.

 

Xm 

 



miércoles, 30 de abril de 2025

30.04.2025

 

 


 

 

 

 Yo he visto esa niña y he visto ese niño, he visto como levantan el mar en un vaso de agua, o como arrimaban una tela para ver a traslúz del cielo pequeñas estrellas. Jugar el barro y hacer su versión del mundo, con lo que hay a la mano: hojas, aguas, colores. Y no necesitar más que una pequeña parte del mundo para crear sus propios universos y echarlos a andar. Tomar una rueda y aplicarse, no para empujar no el mundo real sino nuestra movilidad finita y disfrutar del asombro infinito de los giros y la risa. Jugar descalzo y comer manzanas verdes. Ir por ese patio de la infancia y seguir los pasillos sin olvidar que ese niño y niña que alguna vez fuimos siguen en ese patio sosteniendo el asombro que alguna vez fueron nuestras vidas.

 

XM