Hacer del poema un gato que escape a la azotea
para dilucidar sobre la última nube.
Mover los cables como un arpa para detener la luna.
Apresarla entre paredes rotas y asomarse
a la ventana para verte dormir.
Oír tu canto de espejos y saber
que el humo de los ceniceros es algo entrañable.
Mirar la borrasca de ceniza y olisquear el amor
que ronda perdido en las sombras.
La telarañas dirán entonces cosas tristes como el exilio,
como la inexistencia del amor, o la inutilidad del fuego.
Pero tú sabrás que lo que fue mi amor
te perteneció desde siempre,
desde la ronda de todos los instantes
donde el gato intranquilo: maúlla.
Xm
2 comentarios:
Me ha parecido precioso, sosegado, misterioso. Buen finde!!!
He tenido la sensación de leer un mensaje encriptado dentro de un poema. Es muy dulce sin dudas, me gustó.
Abrazos, muchos querido amigo.
REM
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